En 2012, Isabelle y Fred, los propietarios, se enamoraron de Marrakech.
Profesionales de la restauración y la decoración, decidieron crear el riad.
Un lugar dedicado al descanso con su pequeña piscina en la terraza, su hammam, su decoración sutil, la amabilidad y las pequeñas atenciones del personal...
Todas las habitaciones llevan el nombre de las montañas del Atlas. Isabelle y Fred son de otras montañas distintas del Atlas: los Alpes.
De hecho, dividen su tiempo entre Marrakech y Saboya. Un departamento del corazón que influirá en el nombre del Riad.